Andrew X
Superar al activismo
Índice
Los roles
El rol del "activista" es un rol que asumimos de la misma
forma que el de policía, padre o sacerdote - una extraña
forma psicológica que usamos para definirnos a nosotros mismos
y a nuestra relación con otros. El "activista" es un
especialista o experto en el cambio social - sin embargo mientras más
nos aferramos a este rol y noción de quien somos, más
impedimos el cambio que deseamos. Una revolución verdadera implicará
la desaparición de todos los roles preconcebidos y la destrucción
de toda especialización - la reclamación de nuestras vidas.
El tomar el control de nuestros propios destinos (en esto consiste el
acto de la revolución) involucrará la creación
de nuevas identidades y nuevas formas de interacción y de comunidad.
Los "expertos" solamente pueden ser un obstáculo a
esto.
La Internacional Situacionista desarrolló una crítica
severa de los roles y particularmente del rol del "militante".
Su crítica estaba dirigida en su mayor parte contra las ideologías
izquierdistas y social-democrátas porque esas eran las principales
de su momento. Aunque estas formas de alienación todavía
existen y están claramente a la vista, en nuestro entorno especial
encontramos con más frecuencia al activista liberal que al militante
de izquierda. Sin embargo, comparten muchas características en
común (lo cual por supuesto no es ninguna sorpresa).
El Situacionista Raoul Vaneigem definió los roles de esta manera:
"Los estereotipos son las imágenes dominantes de un período....
El estereotipo es el modelo del rol; el rol es una forma de comportamiento.
La repetición de una actitud crea un rol." Desempeñar
un rol es cultivar una apariencia de negligencia para todo auténtico
ser: "sucumbimos a la seducción de actitudes prestadas."
Como "actores" que desempeñamos un rol caemos en la
falta de autenticidad - reduciendo nuestras vidas a una serie de clichés
- "convirtiendo [nuestro] día en una serie de poses escogidas
más o menos inconscientemente entre el rango de los estereotipos
dominantes."3 Este proceso ha funcionado desde los primeros días
del movimiento anti-caminos. En Twyford Down luego del Miércoles
Amarillo en Diciembre del 92, la cobertura de la prensa y medios de
comunicación se concentró en la tribu Dongas y el aspecto
contracultural de las protestas. Inicialmente éste no era de
ningún modo el elemento predominante - había un gran grupo
de vagabundos en el desalojo por ejemplo4. Pero las personas atraídas
hacia Twyford por la cobertura periodística pensaban que cada
persona allí tenía rastas. La cobertura periodística
tenía el efecto de hacer que personas "corrientes"
se desinteresaran y los del tipo contracultural se integraran - reduciendo
la diversidad de las protestas. Más recientemente, una cosa similar
ha ocurrido en la manera en la que personas atraídas a sitios
de protesta por la cobertura de Swampy a quienes habían visto
en la tele empezaron a reproducir en sus propias vidas las actitudes
presentadas por los medios de comunicación como características
del rol del "eco-guerrero"5.
"Justo como la pasividad del consumidor es una pasividad activa,
la pasividad del espectador reside en su habilidad de asimilar los roles
e interpretarlos de acuerdo con las normas oficiales. La repetición
de imágenes y estereotipos brinda un juego de modelos del que
todos debemos escoger un rol."6 El rol del militante o del activista
es sólo uno de estos roles, y allí, a pesar de toda la
retórica revolucionaria que va con ese rol, yace su conservadurismo.
La actividad supuestamente revolucionaria del activista es una rutina
aburrida y estéril - una repetición continua de algunas
acciones sin potencial de cambio alguno. Los activistas probablemente
resistirían el cambio si viniera porque afectaría las
certezas fáciles de su rol y el bello y bonito refugio que han
construido para sí. De la misma manera que dirigentes sindicales,
los activistas son eternos representantes y mediadores. Al igual que
los dirigentes sindicales estarían contra sus trabajadores si
estos tuvieran éxito en su lucha -ya que esto los dejaría
sin trabajo-, el rol del activista es amenazado por el cambio. Efectivamente
la revolución, o incluso cualquier movimiento verdadero en esa
dirección, perturbaría profundamente a los activistas
al deprivarlos de su rol. Si *todos* se están convirtiendo en
revolucionarios entonces ya no eres tan especial, ¿o sí?
¿Así que por qué actuamos como activistas? ¿Simplemente
porque es la alternativa más fácil? Caer en el rol del
activista es fácil porque se ajusta a esta sociedad y no la desafía
- el activismo es una forma aceptada de disenso. Incluso si como activistas
estamos haciendo cosas que no son aceptadas y son ilegales, la forma
misma del activismo es como si fuera un trabajo - quiere decir que encaja
en nuestra psicología y nuestra crianza. Tiene cierta atracción
precisamente porque no es revolucionario.
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3 Raoul Vaneigem - La Revolución de la Vida Cotidiana, Trans. Donald Nicholson-Smith (Left Bank Books/Rebel Press, 1994) - publicado por primera vez en 1967, pp. 131-3
4 ver 'El Día que Derribaron a Twyford' en Hacer o Morir No. 1, p. 11
5 ver 'La Política de la Personalidad: La Espectacularización de Fairmile' en Hacer o Morir No. 7, p. 35
6 Op. Cit. 2, p. 128
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