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Propuesta práctica:
Crear círculos de debate y acción internacionalistas, como forma de agrupamiento del comunismo antibolchevique
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Qué pretenden ser los círculos de debate y acción internacionalistas
Los círculos de debate y acción internacionalistas son
una propuesta de agrupamiento de clase avanzado, dirigida a aquell@s
proletari@s que están en proceso de ruptura (o bien dispuestos
a romper) con todos los apéndices prerrevolucionarios -tanto
con los abiertamente reformistas como con los pseudorrevolucionarios-,
y que se orientan a buscar una unidad alternativa de teoría y
práctica. Esta unidad es ciertamente posible, pero sólo
como producto vivo, siempre en desarrollo, del esfuerzo colectivo de
l@s proletari@s mism@s, y que en la medida en que ascienda y madure
la lucha de clase, se irá extendiendo al conjunto de la clase
obrera.
Los círculos de debate y acción internacionalistas no
hacen diferencias de filiación ideológica ni tienen como
condición de admisión ningun tipo de formación
política o nivel intelectual "mínimos". Pueden
participar tod@s aquell@s que concuerden con la necesidad de sus líneas
de orientación y estén dispuestos a trabajar colectivamente
en su puesta en práctica, desarrollando de este modo también
sus propias capacidades. El objetivo de los círculos es el desarrollo
de una nueva concepción revolucionaria en la que se incluyan
y superen todos los desarrollos teóricos anteriores, a veces
o en parte confluyentes, a veces o en parte opuestos. Esta nueva concepción
demostrará su verdad en cuanto sirva para acelerar el proceso
de desarrollo consciente de la clase obrera hasta su completa autonomía
frente a las fuerzas de la sociedad burguesa. Aunque las líneas
de orientación de los círculos de debate y acción
son de inspiración marxista-consejista, esto no obsta en ningún
sentido para que proletari@s de otras tendencias y sinceramente revolucionari@s
pongan también en común sus reflexiones, experiencias
e iniciativas y estas puedan ser asumidas colectivamente.
Los círculos de debate y acción son la plataforma práctica
que han decidido impulsar los miembros del Círculo Internacional
de Comunistas Antibolcheviques, pero que ell@s no consideran que sea
una exclusiva suya, sino un reflejo de las necesidades del movimiento
real de la clase obrera y de la lucha de clases que tiene lugar en la
actualidad en todas partes del mundo. Por todo ello, los círculos
de debate y acción internacionalistas no tienen más conexión
orgánica con el CICA que la similitud de orientación teórica.
Funcionan como asambleas abiertas (más o menos abiertas, en función
de las condiciones) en las que reunirse para poner ideas en común,
debatir, desarrollar el pensamiento, y, finalmente, desarrollar una
serie de acciones colectivas orientadas a la difusión de los
planteamientos revolucionarios entre la clase obrera, especialmente
en el contexto de las luchas de clases concretas. Los miembros de un
círculo definen ellos mismos su nivel de compromiso de manera
flexible, aunque su espíritu es plenamente participativo y rehuye,
por lo tanto, cualquier división rígida entre trabajo
intelectual y trabajo manual. Cada círculo es plenamente autónomo
y su relación con los demás y con el CICA es completamente
libre, ya que es la necesidad internacional de la clase obrera la que
habrá de impulsar y servir de guía para establecer una
unidad verdadera, no forzada, a partir de la dispersión inicial.
En resumen, nuestro objetivo es que los círculos de debate
y acción actúen como centros de difusión del pensamiento
revolucionario, orientado a la acción en el aquí y ahora,
entre l@s trabajadores/as. De este modo cumplirán su papel de
vanguardia, que hoy significa actuar como punta de lanza de un nuevo
movimiento obrero que todavía tiene que surgir, y cuyos elementos
y tendencias existen ya en las luchas de clases de los sectores más
avanzados del proletariado actual. Tanto si esta propuesta prospera
como si no, ya que esto depende de muchas condiciones, sobre todo del
nivel de maduración de la conciencia de clase, pensamos que seguirá
siendo válida como base para el agrupamiento de vanguardia en
la época presente de declive abierto del capitalismo mundial.
Animamos a tod@s l@s revolucionari@s consecuentes a que abandonen todas
las prácticas e ideas caducas y todo espíritu sectario,
para unirse a este esfuerzo por la autoconstitución del proletariado
en sujeto revolucionario.
Líneas de orientación de los círculos de debate
y acción internacionalistas
1. El comunismo, es decir, la autoliberación del proletariado
y el fin de la sociedad de clases, no es un programa o una filosofía,
es el movimiento de lucha del proletariado consciente que suprime todas
las relaciones y condiciones sociales de la esclavitud asalariada. Es
a través de la lucha, de su propio esfuerzo espiritual y material,
como l@s proletari@s desarrollan la conciencia revolucionaria. El comunismo
significa el pleno desarrollo de los seres humanos, de sus necesidades
y capacidades, como condición de una sociedad sin explotación
ni dominación. La tendencia al comunismo está presente
en la lucha de clases y consiste esencialmente en el desarrollo de la
autonomía proletaria (de la capacidad del proletariado para autodeterminarse).
2. Contra el viejo movimiento obrero y la ideología reformista,
defendemos la autonomía proletaria integral, que supone la supresión
de nuestra existencia como clase dominada, y consideramos que las formas
de lucha, de organización y de pensamiento tradicionales son
expresión de los objetivos meramente reformistas del viejo movimiento
y no sirven para la transformación revolucionaria de la sociedad,
cada vez más necesaria. Además, no es la lucha por reformas,
sino el enfrentamiento cada vez más violento y total con el capital,
lo que hace que la clase obrera madure en un sentido revolucionario
en su conciencia y su acción. Lo que la clase obrera necesita
es el desarrollo de nuevas y superiores formas de su autoactividad colectiva,
que serán la base de su futuro poder revolucionario, de la instauración
de un régimen de democracia obrera. El papel de l@s comunistas
conscientes es ayudar al conjunto de la clase a clarificarse acerca
de los obstáculos a su autonomía y acerca del modo de
superarlos prácticamente.
3. Estamos por el internacionalismo revolucionario consecuente, orientado
a la confluencia y unificación orgánica de las múltiples
luchas y sectores del proletariado internacional, para formar un solo
movimiento que combine la libre unión y la máxima autonomía
de las partes con la necesaria centralización y visión
unitaria. De este modo, el proletariado se constituye en clase histórico-mundial
y establece los fundamentos de una verdadera comunidad humana mundial.
Una condición imprescindible del verdadero internacionalismo
es, pues, la lucha en todos los países por la liberación
del proletariado de todas las formas de explotación y opresión
nacionales y, en general, de la dominación "nacional"
de sus burguesías. Para el proletariado, su liberación
como clase y su liberación como comunidad nacional coinciden,
al tiempo que ambas confluyen de modo natural y necesario hacia la construcción
de una verdadera comunidad internacional del género humano, cuya
base material será una economía comunista mundial.
4. Nos esforzamos por la autoliberación radical e integral de
l@s proletari@s, tanto individual como colectiva. El proceso revolucionario
del comunismo requiere no sólo de una coherencia entre los principios,
los medios y los fines de la autoactividad proletaria, requiere también
de la unidad de las múltiples dimensiones de esa autoactividad:
unidad de la liberación material y la liberación espiritual,
unidad de la lucha económica y la política, unidad de
las luchas laborales con todas las luchas sociales, de la lucha de clase
y la lucha de género, de la unidad del desarrollo nacional y
el internacional, etc. La integración de todos estos aspectos
en un solo proceso de lucha con múltiples frentes, exige tanto
la superación de todas las estrecheces y unilateralidades anteriores
del movimiento comunista, como también la superación de
la división entre programa mínimo y máximo, lucha
por reformas y lucha revolucionaria, propaganda inmediata y propaganda
revolucionaria, etc.. Esta continuidad programática, que encuentra
su base objetiva en el ascenso revolucionario de la lucha de clases,
desde las luchas inmediatas hasta la revolución abierta, tiene
como principios generales que los objetivos programáticos sirvan
al avance sin retroceso hacia el comunismo, a la unidad de la lucha
económica y la política (impulsando el desarrollo de formas
de poder proletario) y al desarrollo en general de la autoactividad
integral del proletariado, especialmente al desarrollo y clarificación
de su conciencia de clase.
5. Defendemos la centralidad del proletariado como clase revolucionaria,
determinada socialmente como la fuerza de trabajo desposeída
de medios de producción y que sólo puede vivir trabajando
para el capital. Sin por ello suprimir las diferencias entre los distintos
sectores de esta fuerza de trabajo, ni la importancia de estas diferencias
de cara al desarrollo del proletariado como clase revolucionaria, nosotros
entendemos al proletariado como unidad de esa multiplicidad, que incluye
a ocupados, desocupados y estudiantes condenados a la proletarización,
y que se extiende en diversas capas semiproletarias a medida que el
capitalismo subsume cada vez más todas las formas de producción
y trabajo precapitalistas (especialmente hay que mencionar el trabajo
doméstico de las mujeres, que en las familias obreras contribuye
directamente a incrementar el tiempo de trabajo excedente que puede
suministrar el trabajador al liberarle de las tareas domésticas
y reproductivas).
Entendida concretamente, la centralidad del proletariado como clase
revolucionaria significa además que la emancipación de
l@s proletari@s depende solamente de sus propios esfuerzos. No pueden
dejar sus propios asuntos en manos de una minoría ilustrada,
ni tampoco prescindir del desarrollo de su capacidad intelectual y pensamiento,
sin los cuales no pueden actuar realmente de modo autónomo, sino
todo lo más formalmente (como ocurre con las viejas organizaciones
obreras). Todas las formas de sustitucionismo, sean tipo político
o intelectual, son contrarias a la autoliberación de l@s proletari@s
y reproducen una división del trabajo que es el embrión
y el esquema fundamental de las relaciones sociales en la sociedad de
clases. Por eso, las asambleas autoorganizadas, el funcionamiento de
abajo a arriba, la delegación bajo mandato imperativo, la participación
más amplia posible de tod@s, son los rasgos fundamentales de
la organización autónoma del proletariado y deben ser
siempre los predominantes.
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