Helmut Wagner
Tesis sobre el bolchevismo
Índice
IX. EL BOLCHEVISMO ESTATIZADO Y LA COMINTERN.
- El establecimiento del Estado soviético fue el establecimiento
de la dominación del partido del maquiavelismo bolchevique.
La base sociológica del poder estatal bolchevique, autonomizado
por encima de las clases y con la nueva capa social de la burocracia
bolchevique, estaba compuesta por el proletariado y el campesinado
rusos. El proletariado, encadenado por los métodos de la afiliación
compulsoria a los sindicatos y por el terrorismo de la Checa, formó
la base de la economía estatal bolchevique dirigida burocráticamente.
El campesinado escondió, y esconde aún hoy en sus filas,
las tendencias capitalistas-privadas de la economía soviética.
El Estado soviético estaba, entre las dos tendencias, siendo
echado continuamente hacia atrás y hacia delante en su política
interior. Intentó dominarlas a través de métodos
violentos, tales como la política del plan quincenal y la colectivización
forzosa. En la práctica, no obstante, solamente ha incrementado
las dificultades económicas, llegando al peligro de una explosión
de las contradicciones económicas a causa del intolerable sobretensionamento
de las fuerzas de los obreros y los campesinos. El experimento de
la economía estatal planificada burocráticamente del
bolchevismo no puede, en modo alguno, calificarse finalmente como
exitoso. Los grandes cataclismos internacionales que amenazan Rusia
habrán de incrementar las contradicciones de su sistema económico
hasta hacerlas intolerables y pueden acelerar enormemente el derrumbe
del --hasta ahora-- gigantesco experimento económico.
- El carácter interno de la economía rusa está
determinado por las siguientes circunstancias: se basa en el fundamento
de la producción de mercancías. Es gestionada según
el punto de vista de la rentabilidad capitalista. Muestra un sistema
de remuneración y de emulación decididamente capitalista.
Ha llevado los refinamientos de la racionalización capitalista
hasta el extremo. La economía bolchevique es producción
estatal con métodos capitalistas.
- Esta producción estatal produce, junto con la producción,
plusvalía, la cual les es exprimida al máximo
a los trabajadores. El Estado ruso no revela, ciertamente, clase del
pueblo alguna que, individual y directamente, sean los beneficiarios
de la producción de plusvalor; pero ésta se embolsa
este plusvalor a través del aparato parasitario burocrático
en conjunto. Además de para su propia conservación,
bastante costosa, la producción de plusvalía sirve para
la expansión de la producción, el sostenimiento de la
clase campesina y como medio de pago para las obligaciones extranjeras
del Estado. De modo que, además de la capa económicamente
parasitaria de la burocracia dominante, los campesinos rusos, como
capa entera y parte diferenciada del capital internacional, son los
beneficiarios del plusvalor generado por los obreros rusos. La economía
estatal rusa es, por consiguiente, una producción de beneficio
y una economía explotadora. Es capitalismo de Estado bajo
las condiciones históricamente únicas del régimen
bolchevique y representa, por lo tanto, un tipo diferente y más
avanzado de la producción capitalista, como han de mostrar
los países más grandes y avanzados.
- Este hecho del capitalismo de Estado bolchevique sitúa el
problema de la liberación del proletariado ruso nuevamente
en la agenda. La nueva revolución proletaria en Rusia contra
la burocracia bolchevique y su Estado, así como contra el campesinado
capitalista que ha sido fortalecido políticamente en las colectividades,
solamente puede tener lugar en conexión con una nueva revolución
proletaria en los grandes Estados capitalistas. Esto es tan inevitable
como aquella, especialmente dado que el periodo del capitalismo de
Estado bolchevique y su fuerte política de industrialización
han mejorado mucho sus perspectivas.
- La política exterior de la Unión Soviética
se ha subordinado al punto de vista de proteger la posición
de poder del partido bolchevique, y del aparato estatal controlado
por él. Económicamente, el gobierno ruso lucha por apoyo
para su construcción industrial, que fue impulsada hacia adelante
con los más grandes esfuerzos. El aislamiento de la economía
de la Rusia soviética generó una vigorosa política
de supresión de la autarquía compulsoria, mientras mantenía
el control del monopolio comercial exterior. Tratados comerciales
y de abastecimiento, acuerdos concesionarios, así como acuerdos
de crédito voluminosos, reestablecieron el vínculo de
la economía estatal rusa con la producción mundial capitalista
y sus mercados, en los cuales Rusia entró, en parte como una
consumidora cortejada, y en parte como un competidor sensible. Por
otro lado, la política de conexión económica
con el capital mundial compelió al gobierno soviético
a procurar relaciones amistosas y pacíficas con los poderes
capitalistas. Los principios de una política mundial bolchevique,
aún propagados, estaban subordinados de modo oportunista al
desnudo tratado comercial. La política exterior entera del
gobierno ruso obtuvo el carácter de una diplomacia típicamente
capitalista y, finalmente, escindió de modo definitivo, en
el campo internacional, la teoría bolchevique de su
praxis.
- En el centro de propaganda exterior de la Comintern, el bolchevismo
estableció la tesis del «cerco imperialista de la
Unión Soviética», aunque tal frase no armonizaba
en lo más mínimo con las complicadas líneas de
conflictos de intereses imperialistas y sus agrupamientos continuamente
cambiantes. Intentó movilizar al proletariado internacional
para su política exterior y, a través de una política
de los Partidos Comunistas, en parte parlamentaria y en parte golpista,
crear inquietud desde dentro en los Estados y, de esta manera, fortalecer
la posición diplomática y económica de la Unión
Soviética.
- Los antagonismos entre la Unión Soviética y los poderes
imperialistas llevaron a la contra-propaganda ideológica de
la Comintern bajo las consignas: «Amenaza de guerra contra
la U.R.S.S.», «Proteged la Unión Soviética».
De este modo, con estas oposiciones, los trabajadores eran presentados
una y otra vez como los únicos determinantes en la política
mundial por antonomasia; les era apartada la mirada de la realidad
efectiva de los hechos de la política exterior. Los adherentes
de los partidos comunistas fueron convertidos, por encima de todo,
en ciegos y oportunistas defensores de la Unión Soviética
y fueron llamados a engaño acerca del hecho de que, la Unión
Soviética, se había vuelto hacía mucho tiempo
un factor igual de la política mundial imperialista.
- La declaración continua del grito de alarma, acerca de una
guerra inminente de los poderes imperialistas combinados contra la
U.R.S.S., sirvió en la política interior para justificar
la militarización intensificada del trabajo y la creciente
presión sobre el proletariado ruso. Al mismo tiempo, no obstante,
la Unión Soviética tenía --y tiene-- el mayor
interés en evitar cualquier conflicto militar con otros Estados.
La existencia del gobierno bolchevique depende internamente, en gran
medida, de evitar cualesquiera convulsiones en la esfera de la política
exterior, tanto bélicas como revolucionarias. Por consiguiente,
la Comintern ha mantenido en la práctica, en contradicción
flagrante con su vieja teoría y propaganda, una política
de sabotaje de todo verdadero desarrollo proletario revolucionario,
y en los partidos comunistas extiende bastante abiertamente la concepción
de que la edificación de la Unión Soviética debe
ser afianzada primero, antes de que la revolución proletaria
en Europa pueda ser empujada más allá. Por otro lado,
el gobierno ruso ha empleado, ciertamente, fuertes gestos contra los
poderes imperialistas por motivos de prestigio, pero en la práctica
siempre capituló ante ellos. La «venta»
de la vía férrea manchú al imperialismo japonés
es un ejemplo de la capitulación irresistible de la U.R.S.S.
al oponente imperialista. El reconocimiento, fáctico y con
prisas, de la Unión Soviética por parte de los Estados
Unidos de América en ese mismo momento, es, a la inversa, una
prueba de que los poderes imperialistas también saben evaluar
positivamente el factor de la Unión Soviética dentro
del marco de su política de intereses contraria. Pero, sobre
todo, la Unión Soviética ha documentado su asociación
con el capitalismo iniciando y extendiendo relaciones económicas
particularmente firmes con el fascismo italiano y con la Alemania
de Hitler. La Unión Soviética aparece como un apoyo
económico fiable, y con ello también como un apoyo político,
de los más reaccionarios Estados de las dictaduras fascistas
en Europa.
- La política de entendimiento incondicional de la U.R.S.S.
con los Estados capitalistas y imperialistas no tiene sólo
razones económicas. Tampoco es meramente una expresión
de inferioridad militar. La «política de paz»
de la Unión Soviética está, más bien,
totalmente garantizada decisivamente por la situación interna
del bolchevismo. Su propia existencia como un poder estatal autonomizado
depende de su éxito en mantener un equilibrio entre la clase
obrera dominada y el campesinado. A pesar del avance realizado en
la industrialización del país, la posición del
campesinado ruso es aún extremadamente fuerte. Primero, en
sus manos está todavía en gran medida, a pesar de todas
las políticas represivas desde arriba, la decisión sobre
la alimentación del país. En segundo lugar, la colectivización
ha fortalecido no sólo el poder económico, sino también
el poder político del campesinado, que como antes está
aún luchando por intereses capitalistas privados. Pues la «colectivización»
en Rusia significa una unión colectiva de campesinos propietarios
privados, con el mantenimiento de los métodos capitalistas
de contabilidad y distribución. En tercer lugar, finalmente,
una guerra y el armamento de masas del campesinado formaría
las condiciones para una renovada y violenta revuelta campesina contra
el sistema bolchevique; justo como, por el otro lado, una revolución
del proletariado europeo haría también probable una
rebelión abierta de los obreros rusos. Sobre estas bases, la
política de entendimiento entre el gobierno soviético
y los poderes imperialistas es una necesidad vital para el absolutismo
bolchevique.
- La propia Comintern se ha convertido en una herramienta para la
manipulación de la clase obrera internacional para los objetivos
oportunistas de la glorificación nacional y la política
de seguridad internacional del Estado ruso. Había sido puesta
en pie, en sus partes de fuera de Rusia, mediante la unificación
de los cuadros revolucionarios del proletariado europeo. Utilizando
la autoridad de la revolución bolchevique, el principio organizativo
y la táctica del bolchevismo fueron impuestos por la Comintern
con la máxima brutalidad y sin consideración de las
divisiones inmediatas. El Comité Ejecutivo (Y.C.C.I.) --otra
herramienta de dirección de la burocracia gubernamental de
Rusia-- se convirtió en el comandante absoluto de todos los
partidos comunistas y su política fue completamente desligada
de los intereses revolucionarios efectivos de la clase obrera internacional.
Las frases y resoluciones revolucionarias sirvieron de cobertura para
la política contrarrevolucionaria de la Comintern y sus partidos,
que a la manera bolchevique se han convertido en partidos de la
traición a la clase obrera y de la demagogia irrestricta,
como se convirtieron los partidos socialdemócratas. Así
como el reformismo pereció, en el sentido histórico,
con la fusión de su aparato con el capitalismo, así
la Comintern naufraga por la ligación de su aparato a la política
capitalista de la Unión Soviética.
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